sábado, 21 de marzo de 2009

Perro rescatista

Moab, UTA.

"Estoy herida, ve por ayuda", fué lo que Danelle Ballengee le dijo a su perro, Taz, cierto día en que calló en un barranco de 20 metros de profundidad durante su paseo diario. Se había roto la cadera y la espalda, y tenía hemorragias internas. Taz primero bajó hasta donde estaba ella, pero luego de dos noches, Ballegee envió a buscar ayuda. "Mientras hablaba, Taz movía la cabeza como si escuchara", cuenta Ballegee. Taz debió captar el mensaje, pues regresó al camino, por donde fué visto por los rescatistas. Estos siguieron al perro hasta el remoto cañón y encontraron a su agradecida dueña. "Antes de ver a los rescatistas, vi a Taz. Corrió hacia mí y me lamió la cara", cuenta Ballegee. "Supe entonces que todo iba a estar bien".

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